En las últimas sesiones del Claustro y Consejo Escolar, celebradas el 27 de junio, se acordó por unanimidad la medida de mezclar al alumnado de los diferentes grupos en dos momentos de su escolaridad en el centro: una vez cursados los niveles de 5 años y 3º de Primaria (o sea, el cambio se realizaría al pasar a 1º y 4º de esta última etapa). Esta reagrupación es un recurso metodológico que en la mayoría de los colegios se suele poner en práctica para la mejora educativa y pedagógica, procurándose siempre favorecer el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Se provoca principalmente para que niños y niñas se interrelacionen y no se centren en sus amistades de siempre...es decir, para que mejoren sus capacidades socializadoras, elevando su autoestima, y aprendan a comunicarse y adaptarse a los cambios, renovando sus relaciones sin perder las ya establecidas con anterioridad. Así se les hace personas más cívicas, solidarias y, sobre todo, felices. Pero hay otras razones:
- Se fomenta la capacidad de adaptación a nuevos entornos y dinámicas de aula, adquiriendo actitudes positivas que favorecerán el paso a distintas etapas educativas futuras.
- Se eliminan los roles adquiridos, tanto al alumno/a individualmente como a la clase en su conjunto, permitiendo una socialización más objetiva y una mejora en general de la convivencia en el centro. Se rompen, además, posibles rivalidades existentes.
- Facilita la aceptación de las diferencias individuales, ejercitándose la tolerancia positiva.
- Se diversifican las dificultades académicas detectadas, estableciéndose los mecanismos para atenderlas con una mejor calidad y eficacia, compensándose los niveles.
Por eso, cuando se cumplen unos criterios pedagógicos mínimos, de carácter compensatorio, la iniciativa tiene bastantes beneficios. Entre ellos se destaca la formación de grupos con niveles similares (competencias, capacidades, rendimiento, conducta, necesidades específicas, edades, procedencia, sexo, madurez, etc.).
Pero, como en muchos otros temas, hay opiniones diferentes: unas a favor y otras en contra. Entre sus familiares suele convertirse en algo más traumático, confiriéndole cierta importancia, que suele trasladarse a sus hijos/as. No obstante, lo que hay que transmitirles es precisamente tranquilidad… y que siempre se va a juntar en la misma clase un número importante de alumnado del curso anterior. No es relevante tener los amigos/as en el aula, que suele ser el lugar de trabajo, sino tenerlos, especialmente en el recreo o con motivo de excursiones u otras salidas. Y es ahí donde tendrán, así, más opciones para disfrutar.
